ORÍGENES

"La poesía es el sentimiento que le sobra al corazón y te sale por la mano."

 

Carmen Conde (1907-1996) Escritora española.

Conservo el recuerdo térmico de los estratos bajo el andar descalzo, la sensación del monte oxidando mis energías, el paso de la corriente límpida jugando con los reflejos y una sonrisa náufraga gravitando en mis labios.

Desando las calles donde me crecieron las hormonas junto a los ardores de la adolescencia, conspiro con cualquier noche para salvaguardar las luminarias y meter la ciudad, llena de puentes y parques, en una larga inspiración.

Me saturo del encanto que eterniza cada paso izquierdo del pectoral, adosado al destello irrepetible de mi tierra.

 

CONTRASTE LÚDICO 

 

Mi niñez nunca me trajo

tiempos de tecnología

y un regalo me lo hacía,

con ficción, de cualquier gajo.

Hoy que alegra el agasajo

de una consola cualquiera

no lamento que me diera

la vida tan pobre gozo

pues crecí con alborozo

entre trastos de madera.

 

 

ETERNAMENTE MATANZAS

 

Matanzas, la eternidad

extiende sus capilares

llevada por tus juglares,

más allá de la ciudad.

Te inmortalizan la edad

reliquias que acuñas sola:

la bandera que tremola,

por Bonifacio, en la plaza

y el ala de negra raza

del sombrero de Cazola.

 

 

ALLÍ CRECÍ

 

Crecí donde el monte tiene

una alergia retratada

en la piel de la cañada

cuando su cauce detiene.

Crecí donde se sostiene,

de clorofila, un sombrero,

donde nace el avispero

entre verdes aromales

y pernoctan animales

que escapan de algún potrero.

 

Crecí donde un pozo viejo

saciaba la sed del cubo

atado al extenso jubo

que ondulaba en el reflejo.

Crecí bajo el sol perplejo

de vernos con tanto brío:

pilotos del lomerío

que en patinetas de yagua

le rajábamos el agua

a los espejos del río.

 

 

LA ESCUELA PRIMARIA

 

La escuela que en la niñez

me pintó el abecedario

es el sagrado santuario

que me cita en la vejez.

Vuelvo a su luz otra vez

con una talla perdida.

Y ella me prende la vida

con ese amor que le crece

que en vez de escuela parece

 una lámpara encendida.

 

 

MATANZAS

 

Matanzas: caña, henequén ,

cactus, majagua, pomelo,

mango, guayaba, ciruelo,

el valle y el pedraplén.

Hicacos, sobre el vaivén

del azul de una paleta.

La ciudad que está sujeta

a pétrea alma durmiente

y el verso que desde un puente

inmortaliza al poeta.

 

 

CUBA

 

Cuba: la piel de mis días

con nostalgia de guarapo,

vértice por donde escapo

amarrando poesías.

Canto de las fiebres mías

soportando el horizonte.

Brecha de luz y sinsonte

sobre el techo del palmar,

contraste de cielo y mar

con el cetrino del monte.

 

Rumba que sabe a aguardiente

con aliento de tabaco,

vistiendo traje de saco

salpicado de relente.

Tocororos en la frente,

perfume de mariposa.

La vocación generosa

como parte del orgullo,

sol de martiano capullo

en una mano amistosa.

 

 

SOY GUAJIRO

 

Soy de donde la cañada

guarda el suspiro del monte

y una duda de horizonte

mezcla la tierra sembrada.

Soy del pozo y la portada,

del establo en el retiro.

Soy del aroma que inspiro

en el vestido del ramo

y de la voz con que exclamo

orgulloso: ¡Soy guajiro! 

 

 

RETROSPECTIVA

 

Yugo, coyunda, frontil,

 brocal, pescante, rondana,

senda, carretón, sabana,

agua potable, barril,

tarde prendida de abril

 con rosicler celestial,

las cañas, el platanal,

aguajes de la creciente

y los vuelos de la mente

sobre el terruño natal.

 

 

ENYUNTADOS

 

Enyuntados: el sinsonte,

el vuelo del colibrí,

la pasión del tibisí,

la tarde y el horizonte,

la paloma, el verde monte,

los caminos empedrados,

los puertos amplios, dragados,

la caña con su carreta,

diez versos donde un poeta.

¡Vamos, mi Patria, enyuntados!

 

Enyuntados: el cabrero,

el guarapo en el trapiche,

los palmares, el palmiche,

la playa de Varadero,

el aguardiente “Santero”,

rojos estambres libados,

nobles bueyes arreados,

un tren viejo, su humareda,

los mangos con la arboleda.

¡Vamos, mi Patria, enyuntados!