DÉCIMAS IV

“La poesía debe ser un poco seca para que arda bien, y de este modo iluminarnos y calentarnos.”

Octavio Paz ( 1914 - 1998 ) poeta mexicano

 

ESBOZO SURREALISTA

 

Cabalgo sobre celajes,

 reto ausencias. ¡Que ironía!

La noche se torna fría

 y me obsequia sus tatuajes.

Los luceros tejen trajes

de absurdos, se muere un mito…

¿Será un segmento infinito

el tramo de mi locura?

La noche se torna oscura…

Yo mientras cabalgo, grito. 

 

 

INSTANTE

 

Se besaron, no hubo augurio

 que dibujara al mañana,

 la noche borró cercana

cualquier sentimiento espurio.

Bajo un trance de mercurio

 dilataron sus excesos

 e intoxicando a sus huesos

 con la magia del derroche

 guardaron en una noche

la imagen de muchos besos. 

 

 

EL DIOS DE LAS HISTORIAS 

 

La sonrisa en el cachete

 se llena de fantasía,

 el sueño no desconfía

de la voz que le promete.

Boga el pequeño grumete

donde un ponto paralelo

y se inhibe su desvelo

con palabras ilusorias

cuando el Dios de las historias

 narra con su voz de abuelo.

 

 

TERMES

 

Los termes desde el calvario

 reinventándose en su sal,

con un sabor de panal

perdido en el calendario.

Los termes desde el plenario

que erigen sus excrementos,

burlando gestos sedientos

que abogan por transiciones,

inventado más versiones

para acallar los intentos. 

 

 

EVOCACIÓN

 

Subo al desván, me proclama

 su aroma de tiempo abstracto,

indago en el inexacto

recuerdo (casi me aclama).

 Busco entre cosas, del drama

expone la carta vieja,

colegiala que se queja

 del tiempo que nos exprime,

 memoria que se reimprime,

 ilusión que no me deja. 

 

 

EN TUS SUELAS

 

Para calzar tus zapatos

 el tiempo me coronó

 con dos lauros, le copió

 la inocencia a los retratos.

Se tornaron más sensatos

tus desvelos para mí

donde el juguete, crecí

peldaños de otra estatura

y al calzarme con la altura

 de tus suelas, entendí. 

 

 

CONFRONTACIÓN FRATRICIDA 

 

Nacieron en la manada,

crecieron del mismo asomo

y ahora nadie explica cómo

 fue su distancia instaurada.

Ni la sonrisa heredada

 hizo sus gestos más tiernos,

pues con estrechez de pernos

 (fin del abrazo filial)

y entre consignas de sal

rompieron nexos fraternos.

 

Atrás se fueron gastando

 las viejas fotografías

(olvidadas utopías:

un dónde, un tal vez o un cuándo).

Atrás se fue degradando

 todo lo que ya no existe

y como piel que resiste

 cada página ultrajada,

 sin entender casi nada,

el tiempo creció más triste.

 

El viento que hoy sopla afuera

 es consecuencia de adentro,

no siempre es el mismo encuentro

 del viento con la bandera.

El viento que se reitera

se reitera ambivalente

 porque afirma y es renuente,

 porque penetra y no pasa

 y si intenta abrir la casa

 también les derriba el puente. 

 

 

ANDANZAS

 

La luz anda confidente

 añorando el parpadeo,

el contagio del deseo

en cada objeto adyacente,

un antojo de la mente

donde la sábana invoca,

el espejo que provoca

tras el dorso del desnudo

y yo besando en un nudo

la ingravidez de tu boca.

 

 

PARTIDA

 

Anoche partió, se fue,

 iba gastando miradas

por las calles apagadas,

a su visión me aferré.

Angustiado pregoné

la devoción por su estrella

e incorporando mi huella

a sus virtuales formatos,

como clonando zapatos,

me marché, también, tras ella. 

 

 

PRESENCIA SENIL

 

Sorprende a la madrugada

 con piropos de café,

testimonios del quinqué

y de la mano mojada.

Por la cortina encorvada

lleva su reuma, camina.   

Y el paso que contamina

 descubre acordes cercanos

como trayendo en las manos

 los ruidos de la cocina.

 

 

PAISAJE

 

Mas abajo la imprecisa

 fotografía del río,

la marchitez del estío

sobre la verde camisa,

 las bandadas con la prisa

alborotando en el monte,

la exquisitez de un sinsonte

 expuesta en su partitura

y el sol en cada figura

 descubriendo al horizonte.

 

 

FOTOGRAFÍA LETAL

 

Como tentando a la suerte

de ser único en la historia

quiso acceder a la gloria

de fotografiar la muerte.

La vio llegar con su inerte

 intención, casi imprecisa,

enfocó el lente con prisa

 soñando dejar la marca

 de su osadía y la parca

 posó con una sonrisa.  

 

 

ASEDIO

 

Llegan las hordas clamando,

 aseverando el acoso.

El suburbio es un mugroso

 retrato que va asomando.

Dentro el sitiado gritando,

 dejando de ser un necio.

Y en la calle el menosprecio

(la percepción de su ruina)

mientras protegen la esquina

centuriones del desprecio.

 

 

DESCANSO GUAJIRO

 

Le pliega el ala al sombrero

 con el molde de las manos,

en los arrastres carpianos

queda un viso del lindero.

 El portal (su cenicero)

es más noche que portal

y mientras tras nocturnal

respiro libra al machete

a lomos de un taburete

descansa en la diagonal. 

 

 

LA DISTANCIA

 

Temían la lejanía

 (de lejos viene el olvido)

y era temor dar sentido

a una nueva cercanía.

El tiempo les excluía

 al decir de su ignorancia.

Pero el aire fue fragancia

y hubo paz en el regreso

 para los ojos y el beso

 se olvidó de la distancia. 

 

 

VERSO

 

Verso archivado en la frente

 guardando la exactitud

 con la métrica virtud

de un poema adolescente,

que al final con el torrente

 lírico se precipita

y en una expresión fortuita

que la memoria congela

 crece, despunta, devela,

                       intenta el vuelo y levita.                                   

 

TRANSICIÓN

 

Fin del tiempo, la escisión

arrebata los honores,

 la ofensa en los sinsabores

 sin atino, sin razón.

Pereza de transición

 cuando la inquina es custodio.

Odas a un vuelco, episodio

donde al rencor se ejecuta.

Sana el riesgo de la ruta,

 se acaba el tiempo del odio. 

 

 

DUDAS

 

Lo mira como cansada,

atornillando latidos,

 agotando los sentidos

 para entender su llegada.

 Cual gaviota desolada

 vuela en lo gris, se desnuda

 el alma cuando se anuda

 otro sollozo en el pecho

 develando en cada trecho

 el espacio de la duda.

 

 

FALSO DIOS

 

Hablan de su nazareno

 y él se presenta inmortal

 (en su soporte virtual

parece ser como ajeno).

Intentan clonarlo bueno

 (así son sus fantasías)

y atentos a profecías

de una raza que despierta

 pretenden cruzar la puerta

 siguiendo al falso Mesías.

 

 

CARICIA

 

La luna asoma silente

 a mi caja de cristal,

con su beso de fanal

se hace desvelo en la frente.

 Me canaliza la mente

 con tintes de serenata

y cuando al fin se percata

del tiempo con que la acecho

 me acaricia sobre el lecho

como una novia de plata. 

 

 

MIRADA NOCTURNA

 

Bostezos de estrellas, grillos

pariendo sus partituras

donde las frías texturas,

 guardando la noche en trillos.

 Luego los grises ovillos

del aire tejiendo nudos

 sobre los cedros copudos

 y la luna por el lago

disgregando en un enjuago

sus mil reflejos menudos. 

 

 

ACCIÓN Y REACCIÓN

 

Se nos mueren los colores

 bajo un parche de neblina.

 La muerte le contamina

las sonrisas a las flores.

Son los mismos transgresores

 a veces con otros lazos,

disimulando en sus brazos

 alguna riqueza absurda,

velando la imagen burda

 del azul hecho pedazos.

 

El arte de la bondad

 requiere más de sosiego,

 el color es el apego

a un latir de identidad.

Reparar la humanidad

 es compromiso gestor

 (engendro reparador

 del aire y la clorofila,

 del agua cuando destila,

 del sonido y del color).

 

La magia de la sutura

 resarce lo que se pierde,

vuelve con su acento verde

reparando la ruptura.

Del esfuerzo que perdura

nace la fe del gandul,

abre puertas el baúl

donde se acortan los plazos

 y al reintegrar sus retazos

 el mundo se torna azul. 

 

 

APRENDIZ

 

Cabalgo la imperfección

 intentando torbellinos

 y entre tantos desatinos

asfixio la creación. 

Y al final la negación

llega en el verso y me reta

 y a mi espalda se sujeta

  demostrando mientras voy

que en realidad lo que soy

es aprendiz de poeta. 

 

 

FORTUNA

 

Ayer pasaba y la vi

hilvanando en la ventana

una alegría temprana,

 con su sonrisa me fui.

Y fue obsesión para mí

el gesto agradable y lerdo

porque sujeta al izquierdo

pensamiento que improvisa

 me llevé con su sonrisa

la fortuna del recuerdo. 

 

 

SIAMESES

 

El banco, cita del beso,

 mezcla eterna de siluetas

donde dos manos sujetas

 funden un amor confeso.

Luego el andar, el regreso

sin la prisa de los pies,

el nuevo beso y después

 los cuerpos entrelazados

 con sus tientos demorados

en un intento siamés. 

 

 

LA FOTO DEL BESO

 

Se casaron con el beso

impresionando al retrato

luego un tiempo menos grato

del amor trajo el deceso.

Cuando concluyó el suceso

del divorcio fue sequía 

su relación, pero hoy día,

aunque el romance está roto,

para el que mira la foto

 son amantes todavía. 

 

 

EL MIEDO

 

El miedo con el apuro

le puso larga la cara

 y la imagen que era clara

contrastaba con el muro.

 Cruzó el callejón oscuro

mientras con alas corría

y al rozar la apoplejía

(pena ficticia que fue)

fue tan grande el susto que

 no ha parado todavía. 

 

 

EL BESO DE LAS MANOS

 

Era el roce de sus manos

 anhelado como un beso

 (un beso virtual confeso

de los espasmos carpianos).

Sus sentimientos humanos

con los dedos se besaban,

las palabras que callaban

 decían más y las bocas,

perturbadas como pocas,

 de las manos se celaban.

 

 

LA MADRE DEL PELIRROJO

 

La madre desde el portal

lo alcanza con el reproche

y aquel descubre a la noche

por el brillo del fanal.

De la ausencia matinal

el día guarda el tamaño.

Y ella, juzgando de extraño

el modo del pelirrojo,

le dicta con todo enojo

la métrica de un regaño.  

 

 

LA FUGA DE LOS AMIGOS

 

Es un vacío de extraños

sentimientos y de apuestas,

andan las lágrimas puestas

en la suma de los años.

 Exijo a los desengaños

que dejen de ser testigos.

 Me pregunto: ¿Y los abrigos,

por qué no atrapan inviernos?

 Sufro de insomnios eternos…

se están yendo mis amigos. 

 

 

SIEMPRE TÚ

 

La paz de la luna, el trazo

cóncavo de su silueta,

la visión que aún nos sujeta,

el tiento de nuestro abrazo.

El beso como un pedazo

de fuego sobre el tabú,

la voz del viejo bambú

 que cita en el arroyuelo,

 la inocencia sobre el suelo

y tú, y tú, siempre tú.

 

 

SIMULADO

 

Poco, por siempre, trasciende,

graba el recuerdo, se hospeda

 y así pasa y así queda

(con otra visión sorprende).

 Cuando un ciclo se destiende

a veces vuelve longevo

 el tiempo, sin ser relevo

para un futuro mejor,

escondiendo lo peor

mientras simula ser nuevo.

 

 

OLVIDO

 

Despierta sin que la mente

 repita el terco recuerdo

 y después de un tiempo lerdo

 viste la memoria ausente.

Se aflige porque insipiente,

 apenas si puede verla

donde solía tenerla

 (a la que olvidara el nido).

 ¡Ya no lacera su olvido!

¡Lo que duele es no quererla!

 

 

EQUIVOCADO

 

Los corceles del engaño

cabalgan la gesta abstracta,

 la verdad es inexacta

 cuando no muestra el tamaño.

 Hay quien le esconde al escaño

 la intención por la que aspira.

Para un ente que se estira

 no hay nada que sobresalga

 sí equivocado cabalga

 el corcel de la mentira.

 

 

HUEVO ROTO

 

Vuelven las bestias tatuando

 con plomos nuestras entrañas,

se despabilan patrañas

de cada cuerpo sangrando.

La voz se le va oxidando

en la pared, a una foto.

Se extingue el culto devoto

por el ente aparecido.

¿Cómo reconstruye el nido

un sueño de huevo roto? 

 

 

NOSTALGIA

 

A veces vuelve desnuda

 seduciendo mil visiones,

repitiendo otras razones

para convencer la duda.

A veces vuelve y anuda

del tiempo su lado izquierdo

 y el tiempo que indaga lerdo

 viaja al adiós que la nombra.

(Se marchó, pero su sombra

sigue tiñendo un recuerdo.

    

 

JINETERA

 

Por el guiño de la falda

 asoma la seducción.

Los ojos del malecón

 son resortes de una espalda.

Un destello de guirnalda

le acaricia la cadera

que mueve. La primavera

de la sonrisa es el puente

y con piel de adolescente

se estrena de jinetera.

 

Hoy es un día de sexo

 desprotegido. Le duele

 la habitación donde huele

 a cannabis. ¡Solo un nexo!

Desde el recuerdo convexo

la pasión vuelve y emana.

Hace el amor, tan lejana,

 sin besos y sin condón.

Un extraño cincuentón

se apropia de su manzana.

 

Al fin se calma el resuello

 y una frase que no entiende.

La viagra vuelve y extiende

 la sábana en su atropello.

El desgano tras el cuello

 que se aparta. La retina

 asombrada cuando atina

 a mirar la billetera.

¡Con tantos fulas cualquiera!

Sonríe y se contamina. 

 

 

OTOÑO EN LA MUSA

 

La musa se agota, escasa

 experimenta el aborto

 y se duele de lo corto

del tiempo que no retrasa.

Hasta del verso que pasa

 añora su revivir

y su ilusión de parir

se deshidrata, se abstiene

 y en un temblor se detiene

 sin apenas escribir. 

 

 

JEROGLÍFICOS

 

Su poesía cifrada

destituye viejos versos,

 inventa más universos,

deja una impronta tatuada.

Y el poeta (inacabada

intención de otra osadía)

persiste con sintonía

develando los rimados

jeroglíficos grabados

al sur de su poesía.

 

 

ENTREGA

 

Asciende, la adrenalina

apura sus pretensiones,

 desnuda y sin objeciones

el amor la contamina.

Gime de placer, divina

 se diluye en el exceso

 donde el dibujo del hueso

 muestra la piel agitada

y el brillo de la mirada

se adormece con un beso. 

 

 

ESCENA

 

Pasa el camino rural

 por la garganta del puente,

 casi tocando la mente

al imberbe guayabal.

Debajo cruza el caudal

con temblor de simetría

y un murmullo (sinfonía)

de cañabravas resuena

 mientras que el alba se llena

o la tarde se vacía.

 

 

EL ECO

 

El grito se disemina

y en la acústica regresa,

cansado de la sorpresa

 se va extinguiendo, termina.

En otro intento se afina,

persiguiendo el acomodo

 que le de acceso al recodo

de algún espacio más hueco

 por donde pasar y el eco

 lo va repitiendo todo.

 

 

EL PISO NUEVE

 

La calle, el recibidor

 preservando los secretos,

más recuerdos incompletos

junto al vetusto ascensor.

La subida hasta el amor

 (interminable subida),

luego la sed compartida

que de mirarse se atreve,

la llegada al piso nueve

 y en el nueve, la guarida. 

 

 

SILENCIO

 

¿¡Silencio!?... resulta atroz

no escucharte en los sonidos

(la voz que viene entre ruidos

es otra voz, no es tu voz).

En la acústica veloz

el sonido descalabra

y sin modos que reabra

el diapasón de tu acento

puedo escuchar solo al viento

(sin tu voz, sin tu palabra).

  

 

LA DUDA

 

Hay chance para la duda…

 no se si vas a quedarte…

puede que vuelva a juntarte

la misma tarde desnuda.

 Tal vez y sea tozuda

tu vocación por el frío

y siga yo en el estío

 (tramo de sal y viñetas) 

copiando de otros poetas

un manuscrito vacío.