DÉCIMAS II

"La poesía no quiere adeptos, quiere amantes."

 

Federico García Lorca (1898 - 1936) Poeta español. 

 

LEVITACIÓN

 

Levita por tus aceras

mi memoria colegial

como archivada en la sal

de las primeras quimeras.

Más que disuelto en esperas

también levito yo en ti

(altar donde compartí

mis empatías decentes),

visión de muros y puentes

de los que nunca me fui.

 

 

FRATRICIDA

 

¡Suelta la piedra, Caín!

¿Por qué del odio en la mano?

¿Eclipsas al ser humano

por un capricho del fin?

Renuncia a tu lado ruin

¿Qué furia te descontrola?

Se peca cuando se viola

un brote de la existencia…

Me asusto con tu demencia.

¡Suelta, Caín, la pistola!

 

 

ADOLESCENTES

 

Éramos adolescentes,

algo así como inmortales,

tildando más de sexuales

las ideas indecentes.

Dejamos de ser prudentes

sin los lazos del pudor:

tú disuelta en el sopor

que arrancaba los excesos,

yo definiendo en tus besos,

con el deseo, el amor.

 

 

HISTORIA MAL CONTADA

 

Prefieres narrar la historia

 intoxicando al detalle

 para que la historia calle

y deje de ser notoria.

De alguna forma irrisoria

 entre falacias te pierdes,

 no hay manera que recuerdes

 esa página pasada.

¡Qué historia tan mal contada!

¡Qué pena que no concuerdes!

  

 

LA FUGA

 

La vida se le escapaba

(frágil atuendo de trapo)

mientras se decía -¡Escapo!-

y siendo virtual volaba.

El odio que le quebraba

era vejamen de olvido

y un asomo distraído

(epílogo de existencia)

le fue trayendo la ausencia

levitando, suspendido.

 

 

PARTIDA

 

Lily escapó en la miseria

de una mentira piadosa,

sin alas, cual mariposa,

atada a su risa seria.

Dicen que partió en la histeria

del Armagedón, así,

tatuada en un colibrí

sin pretensión de regreso,

como oxidada en un beso.

¡Ya Lily no vive aquí!

 

Lily se llevó el tatuaje

en el temblor de la mano

y presenció su desgano

desnuda. Tras un celaje

sigue soñando sin traje

donde el recuerdo la ve.

Juran que guarda de pie

la brevedad acostada

y la voz y una mirada.

¡Lily no está, ya se fue!

 

Ella se marchó en el trazo

del silencio de una estrella,

perdida donde la huella

quiso ocultar otro abrazo.

Me cuentan que de ese brazo

se sujeta cuando va

a mentir y ya no está

guardando su simetría

de versos sin poesía.

¡Lily se ha marchado ya!

 

 

NEXOS

 

Manos apretadas, trazos,

quijotescas percepciones,

molinos de viento, clones,

anuncios de sal, retazos.

Gestos privados, abrazos,

después lujuria en la mente.

En la intención indecente

lo que lo disuelve todo

y el beso tendiendo un modo

de seducción, casi un puente.

 

 

NOCHE ACIAGA

 

La cena humea, parece

quemar la vianda, gruñidos

de desconsuelo, silbidos

 y un tenedor que se ofrece.

 Es nochebuena, le crece

 a la familia lo grato,

más tras el gesto insensato

se convierte en noche aciaga

 del perro flaco que apaga

 con la garganta un boniato.

 

 

CUANDO PASA DICIEMBRE

 

Pasa diciembre y le aleja

la juventud al color

 y el gris se le asoma por

el canelón a la teja.

La tarde clona su vieja

ojera de navidad.

Y el reitero de la edad

con su marcaje de muros

 deja tatuajes oscuros

grabados por la ciudad. 

 

 

CAUTIVERIO

 

El gesto del balancín

 lo desvirtúa el señuelo

para condenar el vuelo

 tras una cárcel de güin.

Con un propósito ruin

 se estira la brevedad

porque la hermeticidad

hambrienta del calabozo

le va devorando un trozo

del pecho a la libertad.

 

Un martirio de barrote

guarda el silencio del ala,

triste dolencia que iguala

el colapso del azote.

De la prisión nace el brote

que atisba la claridad.

Y el ala en la soledad

de un suplicio que demora,

mientras que en silencio llora,

sueña con la libertad.

 

 

EN EL ESPIRAL

 

Cae al abismo, gravita

 y siente al espacio frío

en el espiral umbrío,

 oye voces y levita.

Roza una calma infinita

 y de pronto se acelera,

palpa la brisa ligera

 sin avizorar el suelo,

sigue cayendo y el cielo

 se convierte en su quimera.

 

 

PALABRAS ABSURDAS

 

Un reto de sombras largas

destituye al parpadeo

de estrellas, del balanceo

penden galaxias amargas.

Brotan los odios, descargas

de aproximaciones burdas

y en la ausencia de las zurdas

motivaciones del tacto,

después de un roce inexacto,

solo palabras absurdas.

 

 

PECADO ORIGINAL

 

Eva despierta, no sabe

 (de las cosas que no entiende)

qué es un pecado, sorprende

 que el padre le menoscabe.

Es la duda que no cabe

 en su conciencia temprana.

Palpa la mano cercana

 y se estremece de antojos,

mientras se duermen sus ojos

 vuelve a ofrecer la manzana. 

 

 

LA COLADA

 

Reina el aroma, en la casa

vuela un placer adictivo,

reiteración del motivo

de otra madrugada escasa.

Y el tiempo que le adelgaza

 la espera al viejo sillón

mira el mestizo fogón

donde del ordeño brota

 negro calostro que agota

una teta de algodón.

 

 

LOS NOVIOS

 

Los novios casi violando

 la esclavitud del sofá,

 el orden que viene y va

 por la casa, vigilando

los besos que van marcando

 niveles de cada hormona,

las manos en la intentona

 de una brevedad incierta

y la tos desde la puerta

 trayendo a la chaperona.

 

 

CICATRICES

 

Abre surcos el tropel

 de los años, desde el alma

llega la calma sin calma

para un archivo de piel.

Se hace frágil el bajel

cuando el tiempo es un achaque

y el crono se vuelve ataque

(vector senil homicida)

al mostrar la genocida

cicatriz del almanaque.

 

 

EN LA PIEL DE MIS DEDOS

 

La noche aferrada al traje

de las solvencias opacas,

un insomnio de butacas

agobiado de lenguaje,

la cortina cual tatuaje

fabricando los enredos,

presagios fugaces, miedos,

la risa en la confidencia,

el deseo en la elocuencia

y tú en la piel de mis dedos.

 

 

LOCURA

 

Heredé cualquier locura

de los más viejos orates

y he tenido más dislates

que momentos de cordura.

 Desde el trance que perdura

cosas del ayer invoco

y aunque en verdad plagie poco

 de algún que otro loco extinto

soy, siendo un loco distinto,

a veces el mismo loco. 

 

 

OLVIDO

 

Despierta sin que la mente

 repita el terco recuerdo

 y después de un tiempo lerdo

 viste la memoria ausente.

Se aflige porque insipiente,

 apenas si puede verla

donde solía tenerla

 (a la que olvidara el nido).

 ¡Ya no lacera su olvido!

¡Lo que duele es no quererla!

 

 

EL CACHORRO

 

La luna le dibujó

al cachorro la sorpresa

tras la redondez traviesa

que el horizonte prendió.

Todo en el pueblo creció

con la vivencia perruna

de ver brillar la fortuna

de la noche sobre el cerro,

sin asombros, pero el perro

siguió ladrando a la luna.

 

 

LUCÍA

 

Escampa sobre el techado,

fin de la monotonía.

¡Pero te extraño Lucía!

Tu ausencia me ha condenado.

Sigo triste, ando obstinado,

pendiente de algún alero.

¡Qué angustia! ¡Qué desespero!

¿Qué tiempo junta un reflujo?

¿Es qué se rompió el embrujo

cuando hablamos de febrero?

 

¿Cuánta distancia me aparta

de tus miradas, Lucía?

Te busco. La poesía

se resiste, no descarta

tu sonrisa. Algo se infarta,

es la duda del retorno

que se pierde en el entorno.

Y yo soñando despierto,

Lucía. ¡Qué desacierto!

¿Es qué existe algún soborno?

 

La lluvia dejó la huella

de tus besos, trance absurdo,

estoy sufriendo, me aturdo.

¿Por qué se apaga mi estrella?

La vida se pierde bella

en tan solo un mediodía.

Se acaba la algarabía

sobre la teja mugrosa

y yo te recuerdo hermosa.

¡Te extraño mucho, Lucía!

 

 

OLVIDO

 

Se olvida el muelle sombrío

del adiós con el pañuelo,

como se le olvida al cielo

la pluma que pierde el brío.

Se olvida quizás el río

del agua que enturbia el lodo

como se le olvida el modo

de querer a un ser humano

porque el tiempo sin desgano

lo va descartando todo.

 

 

ENTRE TRAIDORES

 

Pernocto con los enanos

 que esquivan al almanaque

sin sospechar de su ataque

ni de caballos troyanos.

Desestimo los pantanos

 donde la vieja versión

siembra la conspiración

y se fabrica la intriga

y el beso no se desliga

del pulso de la traición. 

 

 

DESPEDIDA

 

Nos alejamos de enero,

con los pájaros partimos.

 Sin despedidas nos fuimos

del pensamiento extranjero.

Le soltamos al velero

 los días de las amarras

y escapamos de las garras

 del tiempo, sin los cerrojos

 se nos juntaron los ojos

 con la sal y las guitarras.

 

 

A MI MADRE

 

¿Con cuántas alas te fuiste

para subir todo el cielo,

donde ningún otro vuelo

puede asegurar que existe?

Volaste donde lo triste

deja en el labio una giba.

Y sin frase que describa

el tamaño de la altura

se me perdió tu estatura

con tanto espacio allá arriba.

 

¿Quién te dibujó el regreso

tan cerca de mi sonrisa?

¡Ando vistiendo la prisa

con la alegría del beso!

¿Cómo regresaste al hueso

costal de mi poemario?

Regresas y el calendario

me va nutriendo la mente.

¡Cuánto recuerdo latente

en tu beso imaginario!

 

 

REMIENDO

 

Le reitera su promesa

 sin que le importe el tamaño

del tiempo, parece extraño

 revivir lo que regresa.

 Le toca con la sorpresa

 el rostro a la admiración

 y vuelve a ser obsesión

de su nostalgia el remiendo

 cuando repone zurciendo

 la misma antigua ilusión. 

 

 

ARTISTA MENUDO

 

La tarde cayendo a tientas

 plagada de serpentinas,

los fulgores con sus ruinas

 pariendo las sombras lentas.

Indecisiones argentas

 en la sutura del guiño

del atardecer y un niño

 con fantasías tejiendo

 figuras que van naciendo

del celestial desaliño. 

 

 

RECORRIDO NOCTURNO

 

Se pierde con la mirada

el brazo de la avenida

desterrado. Le convida

 la sombra en la madrugada.

 La calle sube angustiada

 la huella que fuera un beso

y en el muro, sin acceso,

dormita en esquina estrecha

mientras le apunta una flecha

lo que supone es regreso.

 

 

ANA

 

Ana le junta las manos

 a una fe que no comprende,

 de la esperanza le pende

lo que alberga sueños vanos.

Se lamenta de desganos

 por no encontrar soluciones

 y le reza a sus pasiones

sin saber ni a quien le reza

porque no tiene cabeza

 para dar explicaciones.

 

 

SECRETO DE VIDA

 

La persiguen los temores

de sus calladas verdades

 y habita las dos mitades

que cuestionan sus errores.

Le previenen sus sensores

 de los riesgos. No se olvida

del instante. Sigue herida

 temiendo lo que se adosa

 con esa angustia que acosa

algún secreto en su vida.

 

 

ESPEJOS ROTOS

 

Como un cristal la laguna

colecciona espejos rotos

deshaciendo en varias fotos

otra imagen de la luna.

Desde el borde de su hambruna

(perfil de humedad notoria)

muchos cuentan la ilusoria

rotura que el agua deja

pero la luna que es vieja

se ríe de cada historia.

 

 

ADOLESCENCIA

 

Le desnudó la impaciencia

de su sexo adolescente

jugando a ser indecente

sin descartar la decencia.

Le desnudó la insistencia

erótica del señuelo

y como hallando consuelo

en el roce de otra piel

dejó que el placer novel

durmiera con su desvelo.

 

 

LEJANÍA

 

Ponderó, la lejanía,

lo que ampliaba el almanaque

desabrochando su ataque

(de tiempo y de carestía).

Promulgó la teoría

del olvido que gestó

y en la ausencia que engendró

dejó que la edad pasara

para que el tiempo borrara

 lo que el amor no borró. 

 

 

GIOCONDA

 

Son bien profundos sus ojos,

por si acaso una sonrisa

enigmática, imprecisa

la expresión sin más sonrojos.

Hay un acodo de antojos

en esa imagen bien honda

y una quietud que le ronda

su alma pálida y tierna

como imitación moderna

de la famosa Gioconda.

 

 

EL PUENTE

 

Ni la voz de la crecida

pudo amilanarle el porte

al puente que fue soporte

de toda gran embestida.

Hoy tras cada sacudida

la muerte llega al macío,

se estremece el caserío,

todo se vuelve crujiente

bajo el agua, pero el puente

sigue desafiando al río.

 

 

TEMORES

 

¿Sigues temiendo, Jesús,

 al abrazo de la noche?

¿Y al martirio del trasnoche?

¿No te amedrentas con sus

tinieblas?  ¿Y el patatús

de la vigilia te asusta?

¿Y de la casa vetusta…

sigues temiendo sus mitos?

¿Y a los agónicos gritos?

¿Y a aquella señora adusta?

 

¿Temes a la soledad?

¿Sigues temiendo estar solo?

¿Le teme tu protocolo

al desamparo? ¿Verdad

 que temes la brevedad

condensada en el encierro?

¿Y al sonido del cencerro

 saturándote la mente?

¿Y no temes al demente

que te describe su entierro?

 

¿La muerte? Dime, Jesús:

¿Ya no te asusta la muerte?

¿No le temes a lo inerte

con su solvencia de pus?

¿Le sigues temiendo a sus

reiteros de profecía?

¿Y a un roce de mano fría?

¿Y a la aparición extraña?

¿Y dime si a la guadaña

 tú le temes todavía?

 

 

NOCHE ETÍLICA

 

Se acuesta sin que la ropa

 la vulnere, confundida,

 cierra los ojos, se olvida

del licor y de la copa.

 Viaja la mente, galopa

 en etílica carrera

y el sueño que la libera

 de un sexo de obligación

apaga su confusión

como si no la tuviera. 

 

 

DESPERTADOR

 

La pluma con su clarín

despabila matorrales

por donde el brillo a raudales

 muestra un rostro de carmín.

Trepado en el balancín

 lúdico de la portada,

el de la nota encrestada,

 reitera el puntual desvelo

 para que el sueño del suelo

despierte con la llamada. 

 

 

MISTERIO

 

Misterio el del universo

 con su diámetro infinito

incapaz de ser descrito

 o imaginado en un verso.

Misterio el del más perverso

calabozo de la muerte

que puede cambiar la suerte

a la más grande fortuna,

sin que exista forma alguna

de darle vida a lo inerte.

 

 

PREGUNTAS

 

¿Por qué se aparece el sida

pretendiendo ser pareja?

¿Por qué copula una queja

con el placer de otra vida?

¿Por qué un virus genocida

puede cambiarnos la suerte?

¿Y por qué no nos advierte

el ojo de la pasión

cuando sin su protección

ve al sexo y no ve a la muerte?

 

¿Por qué se estruja la piel

con el tiento de la edad?

¿Quién tiñe de navidad

al pelo que fue de miel?

¿Con qué invisible cordel

la vejez nos ata el paso?

¿Y por qué se torna escaso

el placer que fue insistente

cuando el sensor de la mente

es solo un sexual fracaso?

 

 

REGRESO

 

Aquella mujer volvió,

lo supe por sus caderas

y el andar y las esperas

que el tiempo le dibujó.

Aquella mujer rompió

las barreras del regreso

y al volver, con el suceso,

revivió cada detalle:

ella mostrando su talle

y yo pensando en el beso.

 

 

COSAS PEQUEÑAS

 

Al despabilar bargueños

los recuerdos se saturan

de aquellas cosas que apuran

el regreso de los sueños.

En minúsculos diseños

el olvido se suicida

ante esa muestra perdida

que nos entrega sus señas

porque son cosas pequeñas

las que sostienen la vida.

 

 

ATARDECER

 

Se exprimían los vapores

y era púrpura el hechizo,

color de tiento plomizo,

caníbal de los colores.

Se esfumaban los fulgores

instando a la carestía.

Y un tacto de profecía

llegaba sin el invierno

(gajo gris del ciclo eterno).

Era otoño, anochecía.

 

 

MIEDO

 

Su miedo me contamina,

me contamina el lenguaje

y se queda y es tatuaje

que por mi pulso camina.

Ella teme y se imagina

de la salida el enredo

 y vislumbra que no puedo

y prefiere no salirse

porque su temor por irse

es casi mi propio miedo. 

 

 

PLAGIADORES

 

Plagian hasta las dendritas

 activas de las neuronas

 y son sus artes ladronas

 expresiones infinitas.

 Con acciones expeditas

se apropian de otro talento

 y son gracias al intento

de falsificar lo extraño

(aparentando un escaño),

piratas del pensamiento.