DÉCIMAS V

“Poesía, perdóname por haberte hecho comprender que no estás hecha sólo de palabras.”

 

Roque Dalton ( 1935 - 1975 ) poeta salvadoreñ

 

LA RENDIJA

 

La intención de la rendija

 siempre traía a la luna

(la luna tan solo es una

 clonación de una sortija).

Afuera (por la cobija)

se inflamaba la culata

del bohío y la mulata

fachada del frío guano

ardía con el desgano

de un encendido de plata.

 

 

¡QUÉ MALO!

 

¡Qué malo que te marcharas

 en una tarde cualquiera!

¡Qué me sembraras la espera!

¡Qué malo que me faltaras!

¡Qué malo que me dejaras

 sin tus tientos cada día

y que sea profecía

 incalculable el regreso!

¡Qué malo no darte un beso!

¡Sin ti, qué malo sería!

 

 

OJAZOS

 

Dos ojazos, dos faroles

con que encender la impaciencia

de la elección, la decencia

y el brillo de los sabores.

 Más que pupilas albores

causales para el infarto,

bendiciones del reparto

de una genética hermosa

 y una mirada que rosa

la brillantez desde el parto.

 

 

RELOJ VIEJO

 

El viejo reloj sumando

 flexiones de manecillas,

nutriendo de seguidillas

 las horas que están mermando.

 Cuando lento va gestando

cambios de tiempos profundos,

concentrado en los rotundos

intentos del desabroche,

aprovecha su trasnoche

para contar los segundos. 

 

 

PARTITURA

 

Es la misma partitura

de gajos secos (rasgando),

 insomnios que van colmando

 la noche y su vestidura.

Algo metálico augura

la intensidad en el viento

y afuera, donde un lamento

pasa invisible entre ramas,

 van cayendo como escamas

mil gotas del firmamento.  

 

 

BRILLO LUNAR

 

La luna se fue oxidando

tras el temblor de una nube

(la luna que a tientas sube

cuando la están apagando).

El aire sopló menguando

al nimbo su piel mulata.

Se asomaba la mediata

visión como abriendo un broche

entre sombras y la noche

 volvió a vestirse de plata. 

 

 

LA LUNA Y TÚ

 

La luna te revelaba

 con metáforas videntes

y eran versos recurrentes

los que en tu piel dibujaba.

La luna te contemplaba

como exhibiendo su hambruna.

Y qué más grande fortuna,

fortuna toda derroche,

el saber que aquella noche

brillaba, por ti, la luna.

 

 

MI RAZA

 

Mi raza se está muriendo

donde murió su contienda

 (del galopar y la rienda,

la fe se le va extinguiendo).

Mi raza se va perdiendo

y el olvido se le adhiere

a la historia que refiere,

del silencio, la amenaza.

Se está muriendo mi raza,

se muere, sin más, se muere. 

 

 

CUENTERO

 

Era un escultor de cuentos

que con magia de decir

siempre solía esculpir

 historias sin fundamentos.

Atornillaba en asientos

a los ojos asombrados,

 como dejando archivados

 intentos de su otra vida,

una vida concedida

 por moldes imaginados.

 

 

ADOLESCENCIA

 

Se le oxidan las canciones

 a una tarde de juguetes

 (convergencia de falsetes

clonando las transiciones).

Otras nuevas intenciones

truncan su virginidad. 

El trayecto de la edad

se acelera y desconfía.

¿Qué fue de la fantasía?

¿Dónde fue la ingenuidad?

 

 

LENGUAJE OBSCENO

 

Rechazo el lenguaje obsceno

que desluce a una mujer

 incapaz de sostener

 léxico culto y sereno.

 Rechazo al verbo sin freno

dicho con vulgaridad,

pues suele ser en verdad,

y la decencia lo sabe,

 que en su belleza no cabe

 ni pizca de obscenidad. 

 

 

SOMBRAS Y LUCES

 

Sombras y luces desgranan

en nosotros tercas huellas

 y tú luego me atropellas

con las que del fallo emanan.

 Sin embargo, a mí me ufanan

 más tus glorias que las cruces.

Así, tendidos de bruces

 te asombro cuando me asombras,

tú hurgando siempre en mis sombras

y yo adorando tus luces.

 

 

FIESTA

 

¡Fiesta! Resuenan clarines.

Hay música y hay jolgorio.

El baile es un giratorio

gravitar sobre adoquines.

La orquesta con sus violines

 a complacer está presta

y aunque se pare la orquesta

 la juerga no ha de parar,

 pues siempre habrá otro lugar

 donde continuar la fiesta.

 

 

EL PERRO DE LA CASA

 

La alegría en la mirada,

 en su mirada, en la cola,

 luego una vuelta, una sola

que calma la dentellada.

En la oreja desvelada

la noche externa y prolija.

Va al entablado y se fija

en la tabla que demuele

el calendario y le huele

el silencio a una rendija. 

 

 

COLOR NACIONAL

 

Mi tierra tiene un vacío

 atrapado en la sonrisa,

una angustia que sin prisa

 le saca otro escalofrío.

Sufrida por ese hastío

exhibe su lagrimal.

¡Ay, de mi tierra natal

 agotada en más pobreza!

Del color de la tristeza

es su color nacional. 

 

 

VIENTO NOCTURNAL

 

La noche pone su acento

de gris en cada sutura

y lo gris es atadura

que secuestra al movimiento.

 Solo el quejido del viento

navega con su donaire

pues la sombra, gris desaire

para el intento vidente,

es una jaula envolvente

por donde se escapa el aire.

 

 

MUCHACHA DE ABRIL

 

Vuelves muchacha de abril

dibujada en otro beso

 y el beso marca el regreso

de un antojo de buril.

 Con tu venida sutil

 también abril se regresa

 y al instante que sopesa

de nuevo tus emociones

 desenterrando ilusiones

junto conmigo te besa. 

 

 

COMPROMISO

 

Él le propuso asociar

las alas de sus tanteos

y ella sonrisa y deseos

solo atinaba a volar.

 En su falange anular

 hubo amarillo y rubor.

Vino el beso con la flor

 y una predicción soñaba

 mientras la mano mostraba

 la etiqueta del amor. 

 

 

HERENCIA

 

De la génesis nos queda

 la carne con otra edad

y la sal (por la maldad)

 que en el recuerdo se hospeda.

 De todo lo que se hereda

duele más la imperfección

 porque aviva la pasión

y cuando aquella responde,

niega el amor y lo esconde

 sin que exista una razón. 

 

 

LA GAVIOTA

 

Los trazos de la gaviota

se agitaban con el viento

(a veces sin un sustento

flotaba de forma ignota).

Luego de la pausa rota,

 como bólido que estrena

el apuro de una pena,

 enrumbaba hacia la bruma

(casi tocaba la espuma,

 casi tocaba la arena). 

 

 

SECUESTRO

 

Son jóvenes. Peinan canas

 a otras memorias ajenas,

las ganas las tienen llenas

y se quedan con más ganas.

Las promesas son lejanas

falacias de lo inseguro.

El presente es solo un duro

testimonio del engaño,

cómplice del cerco extraño

que les secuestra al futuro. 

 

 

TRAIDORES

 

No aflora la poesía

cuando se invierte un segundo.

 Me visten de vagabundo

 (vagabundo por un día).

Andan tres en sintonía

escarbando en el abismo,

 completando con cinismo

los perfiles del retablo.

¡La bruja, el ángel y el diablo!

 (los tres tramando lo mismo).

 

 

A PROPÓSITO DE CECLIA VALDÉS

 

La Habana, que no es La Habana

 sin el clon de su belleza,

 muestra la naturaleza

de una “Cecilia” cubana.

La cadera ni se afana,

aunque consigue el asombro

del tropo. _ ¿Cómo te nombro…

ángel? _ De todas maneras,

ella inunda las aceras

que se tuercen tras el hombro. 

 

 

BASTA

 

Donde vibró la ilusión

se ha perdido la esperanza

del tiempo que solo afianza

un rasgo de decepción.

Se despega el corazón

de lo que no volverá

y la fe que entonces va

humillada, ya sin fe,

le increpa, a veces, y le

dice: ¡Basta! ¡Basta, ya!

 

 

BESO LENTO

 

Su cuerpo, cual desafío

 que hace al amor más ardiente

(aunque al final es la mente

 la que supone el estío).

Su cuerpo adherido al mío

 pecando de ser violento

y la braza del aliento

dándole forma en la boca

al beso que nos provoca

lento, muy lento, más lento. 

 

 

FEBRIL

 

Era tu cuerpo febril

y mi cuerpo era otra brasa

 (dos cuerpos, la luz escasa,

 la saliva cual buril).

Después la intención sutil

prorrogando la embestida,

la vuelta, la sacudida,

la mente casi sin mente

y la conexión ardiente

 de otra caricia prendida. 

 

 

ANTICIPACIÓN

 

Desde el asomo gestual

se adivinan los mensajes

y los gestos cual tatuajes

 dan una visión virtual.

En todo se aprecia igual

 algo que lo representa,

un gesto siempre sustenta

 la tristeza o el desaire

y así los gestos del aire

 anticipan la tormenta.

 

 

TATUAJES

 

Tatuaba lo que el amor

le iba diciendo a la arena

 y era la pena, su pena,

más que una pena un temor.

Publicaba con dolor

aquel nombre, lo sufría,

pero cuando el mar volvía,

 como turbas que danzaban

las olas siempre borraban

lo que en la arena escribía.

 

 

PAISAJE NOCTURNO 

 

De noche por la laguna

un brillo posó al revés

y de plata fue después

el destello de la luna.

Tuvo la visión montuna

 temblores sobre el aguaje

 y en el árbol, denso traje

que de sombras fue sustento,

le fue fabricando el viento

 las maromas al ramaje.

 

 

BARRENDERO

 

Viola la complicidad

de la noche con la escoba

cuando el cepillo joroba

 raspando la oscuridad.

 Le sabe a la vecindad

sus mañas de madrugada

 y culmina la jornada

 al distinguir que al capuz

con una escoba de luz

 barre, también, la alborada. 

 

 

ABORTO

 

Se reinventaba un motivo

 en las cosas sin hacer

con ese don de ofrecer

 cada instinto paliativo.

 Sintió al tiento sustantivo

 trayendo signos profanos

 y hubo un final de desganos

 cuando vistiendo al desdeño

los cascarones del sueño

 le saltaron de las manos. 

 

 

DESNUDEZ OTOÑAL

 

Su color le fue anunciando

el tiempo del desvestido.

El viento trajo un gemido

 que concluyó deshojando.

Desnudo el bosque, temblando,

 mostró su floresta incierta

y el lecho, seca cubierta

 tramada por el otoño,

 fue nostalgia de retoño

en naturaleza muerta. 

 

 

INACCIÓN

 

Sabía de oxidaciones,

del valor que se degrada,

de la palabra atenuada,

de falsas motivaciones.

Libraba a las frustraciones

de culpas reconocidas

y sin cuestionar heridas,

sin preguntar cómo o cuándo,

él también se fue oxidando

 entre estructuras torcidas.

 

 

SOLEDAD

 

El cuarto sigue de luto

 sin que nada esté muriendo

 (acá se quedó exprimiendo

el reloj cada minuto).

Con el último tributo

dejo pasmado al olvido.

Donde estaba tu vestido

cuelga ya la soledad.

¡Me duele tu libertad

en cada carnal latido! 

 

 

IMAGEN

 

Tras impensado reitero

 la cuenca posó al revés,

 aunque un temblor del envés

 cedió al viento mañanero.

Desde el valle hasta el estero

hubo copias en el agua.

 El descenso de la yagua

fue doble en la simetría

y el sol notó que se hundía

 con una intención jimagua. 

 

 

PESIMISMO

 

Vaciaban el pesimismo

 en su cáscara de nuez,

cada cual era su juez,

aunque temían lo mismo.

 Ignoraban al sadismo

 lento que los consumía.

 Vivían de la anarquía

 infecta del pensamiento,

 justificar su tormento

a veces los complacía.  

 

 

LA FALTA

 

La falta que el otro admite

es del lagrimal rotura

 que intenta con la sutura

 enmendar lo que repite.

A veces tanto se admite

que el perdón viene al dolor

 y es algo de mal sabor

 (orgullo quebrado) para

el corazón que repara

 la falta con más amor. 

 

 

GOTAS

 

Las perlas del aguacero

por el cabello descienden,

 tientan recuerdos y penden

de un invisible perchero.

La mente aviva el brasero,

atrapa ideas, se afianza,

 vuelve al pasado y alcanza

una existencia virtual

y otra gota de cristal

se escurre de su añoranza.  

 

 

CELOS

 

Me rogó con la expresión

infeliz de la mirada

(todo le pidió a la nada

 en solo una inspiración).

Sin hablar, hablaba con

 los ojos tristes y acaso

augurando del ocaso

el trauma de más desvelos

guardó la piel de sus celos

en un ademán escaso.

 

 

NOCHE DE TRAGOS

 

Bebemos. No es la costumbre,

 pero esta noche bebemos

(después de beber haremos

 el amor junto a la lumbre).

Expira la incertidumbre

en la botella que inclino.

Tu beso sabe divino

(beso asomado a otro trago).

Con ese beso me embriago…

 ¡Ya se nos acaba el vino!

 

 

SIN MERECIMIENTOS

 

No merecías la muerte

 (pena temprana sin gozo),

ni lo escueto del esbozo,

ni cintas de trazo fuerte,

ni el pie izquierdo tras la suerte,

 ni las mismas poesías,

 ni la escasez de alegrías…

y que el tiempo se te fuera

vestido de primavera,

tampoco lo merecías.

 

 

OLAS

 

Vuelven retozos de olas

a sucumbir en la arena

 mientras la playa almacena

 legiones de caracolas.

A veces las mil consolas

 de la brisa soplan fuerte

  y le aceleran la suerte

 a la espuma que levita 

que entre gemidos se excita

 y acá en la playa se vierte.

 

 

ATRACCIÓN

 

Simbiosis de atenuaciones

 es nuestra simbiosis rara

 (lo mucho que nos separa

 nos llena de conexiones).

Somos, más bien, dos fusiones

 que pecan de incoherentes,

puente distinto a otros puentes,

absurdo rompecabezas

donde convergen dos piezas

con perfiles diferentes.

 

 

MONOTONÍA

 

Ella, a veces, se aparece

 inventando más tatuajes,

desafiando a los celajes

 que la tarde siempre ofrece.

Pero, otras veces, se mece

colgando de la utopía

y es así que se extravía

 tras el paso de febrero

donde el cursor del reitero

dicta la monotonía.

 

 

VISADO

 

Alguien me negó la risa

(mi propia risa vaciaba),

algo extraño le cambiaba

al parecer de mi prisa.

Alguien fabricó una visa

 cocida a mi desespero,

 me sugirió el derrotero

 como quien acusa un nombre

 sin detallar en el hombre

y me vistió de extranjero. 

 

 

FUEGO NOCTURNO

 

La lengua de la candela

muestra un jadeo perverso

(energía de universo

que crepita y se rebela).

Tiene la llama que vuela

 un hambre de oscuridad

y es halo de claridad

 para la noche cansina

cuando en silencio ilumina

la faz de la vecindad. 

 

 

EL REGRESO

 

He regresado a la calle

donde confundo tu puerta,

 ninguna puerta está abierta,

 nada descubre al detalle.

Alucino con el talle

 que me dibuja el engaño.

 El pueblo tiene un tamaño

 diferente al que viví.

Nadie me ha hablado de ti

 y, sin embargo, te extraño. 

 

 

LA LUPA DEL RECUERDO 

 

Reinventaba la memoria

cada pasaje dormido,

de modo que, lo vivido,

 tentó a la fuente ilusoria.

 Resultó ser más notoria

 la versión del desacuerdo

mostrando el relato lerdo,

 piadoso tropel de engaños,

 lo que creciera en tamaños

 con la lupa del recuerdo.